La Continuidad de
Lázaro por Camino Arará
Hace mucho tiempo
Orunmila realizo una peregrinación con Eleggua y sus seguidores, recorrieron
durante años zonas geográficas de variados climas, la comitiva que le
acompañaba se asombraba de las cosas increíbles
que veían a su paso, pues estaban acostumbrados a los paisajes monótonos
del Nilo, para ellos las montañas y zonas boscosas eran novedades que
despertaban su curiosidad, por lo que inquirían constantemente a Eleggua y al
mismo Orunmila con muchas preguntas al respecto.
Entraban en aldeas
de disimiles dialectos y costumbres, donde Eleggua, que era poliglota, se las
arreglaba para entenderse con los hombres que allí moraban .
Y Orunmila, por
medio de él, investigaba acerca de los nombres y propiedades de las plantas de
la comarca. Con su hábil técnica y conocimiento milenario hacia brebajes y curaciones milagrosas para lo cual se
auxiliaba también de la virtud de sus
manos y del apoyo de Nefer .
Como la fama corre
más rápido que cualquier hombre, siempre que llegaban a una aldea ya esta les
había precedido , por lo que recibían un trato respetuoso en todas partes; y se
ellos se cuidaban mucho de no ofender a las deidades e ídolos locales. aquellos
rudos aceptaban de buen grado al grupo, que guiados por un negrito, entraban a
su territorio. Les ofrecían albergue y alimentos para el viaje, así como
escolta de bravos guerreros que se brindaban de voluntarios.
Arribaron a las
zonas costeras, las cuales recorrieron para conocer los pueblos que la
habitaban; se internaron en territorio Arará hasta llegar al territorio de
Babalú Ayé quien poseía un espíritu muy
adelantado y en alguna encarnación anterior había sido Lázaro, el amigo que
Jesús resucito de entre los muertos
No pudieron llegar
en un momento más triste al lugar, pues el Rey acababa de morir victima de
infección de la piel, y Oshun su esposa se encontraba en el palacio acompañada
de un grupo de mujeres en sus lamentaciones. Oshun era la misma deidad que
descendió al planeta para elaborar sus formas y que ahora vivía como la Reina
de aquella tierra.
Al entrar Orunmila
con su sequito al palacio del Rey, conoció la novedad de boca la misma Oshun,
quien ya había escuchado de aquel sacerdote y las curas milagrosas que
realizaba. La regia mujer le rogo con dulzura que hiciera todo lo posible para devolverle la vida a su esposo.
Orunmila se retiro a
un lugar apartado con su grupo, dirigió
una súplica a Nefer para que intercediera ante los demás benefactores y le
arrebataran a Ikú el espíritu de Babalú Ayé, que se encontraba en las cercanías
de su cuerpo. Pues habían transcurrido pocos minutos de su muerte. Se auxilio
de ingredientes secretos que llevaba con él, y le solicito permiso a la Reina
para untarlos en determinadas partes del cadáver, mientras recitaba las
invocaciones y cánticos en una lengua
desconocida para los nativos del lugar. Y con su arte de la magia logro que
Babalú Ayé volviera en sí y se incorporara de su lecho en proceso de franca
recuperación .
Este, quien había
vislumbrado los reinos de la muerte, agradeció a Orunmila su salvación; ya era
la segunda vez que su espíritu vivía tal experiencia, primero a manos de
Jesús y ahora de Orunmila. Y por estas
cosas, así como por su bondad y sabiduría, Babalú Ayé fue deificado. los
benefactores y demás deidades le dieron el poder de curar las enfermedades y
hacer milagros entre sus devotos.
Orunmila permaneció
muchos días en el palacio del Rey, instruyéndolo en la filosofía del culto a
Nefer, a quien por defecto de pronunciación en el país se le llamaba IFA nombre
con el que ha llegado hasta nosotros.
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