YEMAYA tenía mucho dinero, y quería
casarse con ORUNMILA, decidiéndose a ir en su busca. En su camino se encontró a
ELEGUA, y le preguntó de qué vivía; éste le dijo que en la esquina, comiendo
jutía y pescado ahumado, maíz tostado y harina de maíz, y que hacía mandados.
Ella le respondió que no le convenía. Siguiendo el camino se encontró con
OGGUN, y le preguntó lo mismo; éste dijo que era herrero; ella le respondió que
no le convenía. Entonces, se encontró a ORUNMILA, y tras hacerle la misma
pregunta, escuchó de él que vivía de adivinar. Ahora YEMAYA sí le contestó que
le convenía. Pero ORUNMILA le dijo que para casarse, ella tenía que hacerse una
limpieza. Y así lo hizo YEMAYA, para conseguir su propósito.
En
donde vivía YEMAYA con sus hijos, Ifá llegó a prohibir el consumo de carne de
cerdo por sus consecuencias negativas para la salud. Los hijos de YEMAYA tenían
la carne de cerdo entre sus platos favoritos, por su sabor y porque les
producía furor sexual. Así que comenzaron a comerla de manera clandestina.
Entonces contrajeron graves enfermedades que no podían ser curadasYEMAYA
desesperada, buscó a OGGUN, su marido. Éste sólo recurrió a la violencia, y
cada vez que un hijo o hija se quejaba, los mataba con su cuchillo para que no
sufriesen más. Entonces, YEMAYA fue a consultar con ORUNMILA, el cual le dio el
siguiente remedio: hervir agua de cocó con hierba tua tua, caisimón, anís y
alacrancillo, e igerirla en forma de tisana.
YEMAYA era rica y vivía de las rentas;
tenía varias casas. Pero los inquilinos dejaron de pagarle. Esto la sumió en
tal desesperación, que pensó incluso en suicidarse. Luego recapacitó, y pensó
ver a ORUNMILA. Y ORUNMILA le hizo un registro, y le dijo que tuviese calma,
que obtendría los pagos que la debían; que sólo tenía que hacerse una limpieza.
Y YEMAYA se la hizo, fue a su casa a esperar, y al otro día los inquilinos
empezaron a pagar lo que debían.
Modaleja: ORUNMILA tiene la última palabra.
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