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Mostrando entradas de abril, 2022

PATAKI

  OSHÚN Y ORUNMILA        El rey mandó buscar a Orunmila, el babalawo más famoso de su comarca, pero el Oluwo se negó a ir. Así sucedió varias veces, hasta que un día Oshún se ofreció para ir a buscar al adivino. Se apareció de visita en la casa del babalawo, y como de conversación en conversación se le hizo tarde, le pidió que la dejara dormir en su cama aquella noche. Por la mañana, se despertó muy temprano y puso el Ékuele y el iyefa en su pañuelo. Cuando el babalawo se despertó y tomó el desayuno que le había preparado Oshún, ella le anunció que ya se tenía que marchar. Pero el hombre se había prendado de la hermosa mulata e insintió en acompañarla un trecho del camino.Caminando y conversando con la seductora mujer, ambos llegaron a un río. Allí el babalawo le dijo que no podía continuar, pues cruzar debía consultar con el Ékuele para saber si debía hacerlo o no.  Entonces Oshún le enseñó lo que había traído en el pañuelo y el adivino, ya completamente convencido de que deb

PATAKI

  Pataki de Eleggua   En este camino, Obatalá tenia un hijo desobediente y descreído llamado Nifa Funke, que le daba muchos dolores de cabeza. Desde su escondite en las malezas, Elegguá veia como Nifa maltrataba a su padre de palabra y de obra, y decidió darle un escarmiento. Un día en que Nifa Funke había corrido una distancia larga y estaba muy sudado, se arrimó a un árbol para refrescarse con su sombra. Elegguá sacudió el árbol, del que cayeron muchas hojas y polvo, enfermando a Nifa. Obatalá, desesperado, comenzó a llamar en su ayuda a Elegguá. Oggún, que venía por el camino llevando tres cuchillos, al ver a Obatalá desesperado, le rindió Moforibale y le preguntó qué pasaba. Al enterarse, Oggún enseguida llevó a Nifa al río, lo bañó con yerbas y lo restregó con el achó fun fun de su padre. Pero no obstante haberle hecho ebbó, le dijo que debía ir a consultar con Orula. Elegguá, que seguía escondido escuchando, decidió cerrarle todos los caminos. Oggún, Obatalá y su hijo se

PATAKI

    Shangó ayuda a Babalú Ayé          Cierta vez que Shangó adivinaba en público, un cojo leproso que oía su palabra, le preguntó : ¿ Por qué no me dices nada ? ¿ No quieres adivinarme ? Te diré, le contestó Shangó : “mi padre me ha dicho que aquí en esta tierra yo tengo un hermano y un medio hermano, mayores que yo. Ese medio hermano eres tú. Escucha ahora. Donde nací no pude vivir. Hoy me llamo Oní Shangó, pero vivo en tierra ajena. Tu porvenir y tu suerte están lejos de aquí. Vuelve la espada y vete. Atraviesa el monte y encontrarás donde reinar”. Y el leproso le pregunta : ¿ cómo voy a andar mundo en el estado en que me encuentro ? Aquél hombre era Babaluayé, San Lázaro. Entonces Shangó se dirigió a otro hombre, que se hallaba también presente, y que era Oggún, su otro hermano, acompañado de dos perrazos. Le tomó los perros y se los dio a Babaluayé. Oggún se los reclamó a Shangó (Oggún tiene muchos perros y Shangó muchos caballos) Esta acción de Shangó dio lugar a una gu

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