¿EL POR QUÉ NADIE SE MONTA CON ORÚNMILA?
Cuentan que una vez creado el mundo, fue tiempo de poblarlo. Oloddumare, acudió a los Oshas y a los Orishas (excepto a Orúnmila) para que mediante su irradiación influyeran en sus seguidores terrenales, los cuales debían armonizar con sus semejantes y contribuir al progreso de la vida en la Tierra.
Los humanos, al recibir la energía proporcionada por sus respectivos Ángeles de la Guarda (al montarse), adquirieron un poder sobrenatural que desencadenó en enfrentamientos interpersonales. Ellos, se creyeron superiores a sus iguales e intentaron someterlos a la fuerza; lo que generó tantos conflictos, que ni con la intervención de los Oshas y los Orishas se pudo controlar. Fue entonces que Oloddumare acudió a Orúnmila y le contó lo sucedido con los hijos de las deidades; le hizo saber también que cada cual se consideraba superior al resto por la fuerza astral proporcionada por su Ángel de la Guarda.
Orúnmila, teniendo todo en cuenta, se comprometió a bajar a la Tierra para resolver el problema; pero antes dejó claro que él no montaría en la cabeza de ninguno de sus hijos, sólo les transmitiría la sabiduría y el conocimiento necesarios para llevar a cabo la tarea encomendada. Así ha sido hasta nuestros días.
To iban Eshu
Aquí se describe el motivo por el cual nadie se monta con Orúnmila y el por qué los Babalawos (hijos de Orúnmila) son los responsables de trabajar en función de ayudar a combatir y eliminar los males de la humanidad.
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