La guerra de Shango y Azojuano.Oddun de ifa Okana iroso
Historia.
En la tierra Bodji había un rey llamado Azojuano, el cual tenía un gran palacio con muchas habitaciones. Resultó que llegó un día de visita Shangó que era guerrero caminante, que regresaba para su tierra Heme, la cual siempre estaba en guerra, al pasar por Bodji se encontró con Azojuano, el cual lo hospedó en su Palacio.
Al ver Shangó la paz que reinaba en ese lugar comenzó a maquinar la manera de adueñarse del poder de dicha tierra y destronar a Azojuano. Un día aprovechando que Azojuano salió del Palacio para ir a una vecina comarca llamada Dedido donde reinaba su hermano Alumpe, Shangó reunió a sus hombres y se apoderó y se apertrechó en el Palacio de Azojuano. Cuando regresó Azojuano se encontró con que su huésped se había hecho dueño del Castillo y no lo dejaba entrar.
Acto seguido Azojuano llamó a sus seguidores y se lanzó al asalto del Palacio, la lucha fue espantosa con gran derramamiento de sangre, a la cual Obatalá al enterarse, decidió poner fin aquella matanza y citó a los dos contrincantes y los hizo explicar la razón de aquella guerra.
Azojuano dijo lo ocurrido.
Shangó explicó que lo que había hecho era porque se había enterado que Azojuano pensaba botarlo.
Azojuano al momento respondió diciendo que eso era falso.
Entonces Obbatalá sentenció que ambos vivieran en el mismo Palacio con el mismo derecho y funciones y que desde ese momento se tenían que llevar bien. Ellos aceptaron a regañadientes, pero bajo cuerda comenzó otra guerra aún más fuerte y solapada, la brujería, ellos buscaron entre sus aliados de confianza que guerrearan por ellos, Shangó encontró a Atiponlá un gran aliado para su propósito y Azojuano encontró a Escoba Amarga.
Las obras de hechicería fueron grandes y en consecuencia, funestas, se despertó una gran epidemia, sobre la pasible población de Bodji. Viendo todo lo que estaba sucediendo en la población Oyá que era la encargada por Olofin de avisarle de las desgracias, inmediatamente engalanó su trono que era el Framboyán rojo (las flores), que era la señal de epidemia.
Entonces Olofin bajó a la Tierra a ver lo que sucedía y averiguar la verdad de los sucesos. Vio que la hechicería de Atiponlá y Escoba Amarga eran los responsables de todo, obligados por viejos contendientes, Shangó y Azojuano, respectivamente.
Olofin los sentenció y dijo que Atiponlá y Escoba Amarga vivieran completamente apartados en terrenos separados; por eso hasta el día de hoy, donde nace la Atiponlá no prospera la Escoba Amarga y viceversa.
Además condenó a Azojuano a vivir y poner su trono en los rincones. A Shangó lo condenó a vivir desde entonces errante. Y por último dijo:
"Cuando el Framboyán se pone rojo por sus flores anuncia epidemia y muerte, sobre todo en los niños.
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