Aje Shalunga es un orisha que pertenece al panteón yoruba,
y es considerado un orisha menor, el cual se encuentra relacionado con la salud, la suerte y la
riqueza. al relacionar el agua de mar que es su morada, participa del
simbolismo de la fertilidad, de la abundancia y la prosperidad. La concha (por
su forma de oreja) es la forma de percibir la palabra y la perla es la palabra
misma.
Comerciantes y otras personas que buscan activamente el
dinero lo adoran como su patrón y colocan en recipientes conchas y dinero para
agasajarlo. se le considera caprichoso, voluble e inconstante. él escoge al
azar a quien bendecir y bonificar, en ocasiones con grandes cantidades de
dinero. Es por ello que en ocasiones importantes, cuando grandes cantidades de
dinero han sido gastadas, es usual oír el grito ¡ajé oh! (en áfrica), lo que
implica que tales gastos son gracias a la bendición del orisha. Estas acciones dan una demostración concreta de su
generosidad
Se dice que encontrar una concha perlera es considerado
de buena suerte y por ello quien la encuentra debe colocar junto a esta un vaso
de aguardiente y se le deben dar unas bocanadas de humo de tabaco tal cual como
se realiza con todos los orishas, aunque
quizá en mayor medida, ya que este orisha exige completa confianza en sus poderes.
Esta concha y la perla en sí, se asocia con la oreja debido a su forma, que es
el órgano de la percepción auditiva, instrumento del entendimiento espiritual.
simbólicamente la perla se transforma en la palabra.
Ajé Shalunga es el tesorero de los Orishas. Habla con el
caracol de Oshun en el Oddú Eyioko Okana.
Los atributos de Ajé Shalunga son:
§ Un
caracol llamado abundancia
§ 8
otanes pequeños blancos
§ 1
mano de caracoles
§ 8
caracoles Cobos
§ 201
cauris con un eyele
Su Eleke (Collar) se confecciona intercalando monedas y
conchas.. Por ultimo es de vital importancia mencionar que Ajè-shalunga se
consagra conjuntamente con el Ori y con el opon de ifá.
Pataki
Deambulando por la tierra africana, ajé shalunga, hombre
que todos escuchaban pues por su boca hablaba la sabiduría de la antigua
civilización egipcia, con sus misterios, sus grandes conocimientos de los
movimientos astrales y sus conocimientos de la naturaleza, se encontró con un
pueblo que vivía en la abundancia y que no repartía sus bienes con los pueblos
aledaños que morían de hambre.
Al llegar todos lo saludaron: ajé oh; ajé oh, sabiendo
que, con su visita, traería más desenvolvimiento a todos ellos. pero ajé, quien
no podía entender como ellos no ayudaban a los demás, consumiéndose en una
avaricia despiadada, no respondió al saludo, pero apreció la hospitalidad. por
supuesto, como todos sabían que él representaba la riqueza, lo colmaban de
atenciones, pero el sabio entre los sabios reflexionaba para que los demás tomaran
conciencia de que lo más importante era que se ayudaran los unos a los otros.
Un dia decidió hablarles y se hizo una tribuna de madera
de palma y hojas secas, alli congregó a todo el pueblo y le habló de las
virtudes que había que tener con el prójimo. pero sucedió que nadie lo
escuchaba. Olofi, sirviéndose de sus orishas shangó y oyá, mandó una tormenta
de rayos y truenos, del cielo encapotado cayeron piedras y esto duró meses.
El pueblo desesperado, pidió y pidió y sus hermanos de
pueblos vecinos, los que arrastraban la desgracia, dividieron su pobreza. ajé
shalunga rugió con su voz: “la carrera no la gana el más rápido”.
así medió con olofi para que la tormenta se calmara y
reinara la unidad entre los seres humanos y los pueblos. cuando todo vino a la
normalidad, aparecieron grandes conchas y todos reconocieron el poder de ajé
shalunga en ellas, adorándolo y respetando sus enseñanzas.
Comentarios
Publicar un comentario