Obbá Naní es una Orisha mayor. Es de ilé Ikú (casa de los
muertos), esta deidad tiene que ver con
todas las cosas espirituales. Con Yewá y Oyá conforma la trilogía de las
Orishas que habitan en el cementerio. Obbá Naní es Orisha guerrera y dueña y
protectora de los lagos, y las lagunas. Eterna enamorada de Shangó Alafí, su
amor por él le hizo cortarse una oreja; y al ser repudiada por este acto, se
retiró a la soledad, al cementerio, convirtiéndose en la guardiana de las
tumbas. No se asienta ni se sube, aunque algunos santeros refieren haberlo
hecho.
Su significado en la religión tienen que ver con todo lo
que es conocimiento en este mundo. Fue ella quien enseñó a todos los Orishas el
arte de la guerra. Y a Shangó, a manejar el arma de doble filo, que se
encuentra ligada al simbolismo del rayo, el cual enciende y alumbra y a la vez
destruye. Y a Oggún, el yunque, símbolo de la construcción para fabricar y
templar las armas. El yunque representa la feminidad pasiva de la cual han de
salir las obras del herrero. Oggún simboliza el masculino, creador de todas las
herramientas.
Tiene en sus manos las llaves que abren y cierran las
puertas de todos los humanos. Este símbolo de apertura y cierre de puertas,
señalan caminos de superación. Es también el poder que puede unir o separar y
que comunica el cielo con la tierra. Es símbolo de propiedad, poder y
responsabilidad. Para que en una casa no falte dinero, el iniciado debe usar
esta llave.
Obbá es okanani (un solo corazón) con Oshún y se recibe
con ella. Es decir, Obbá con oro para Oshún, porque solo en ella confía. Obbá
no habla en la estera. Su caracol solo va al suelo cuando se lava en itá y
habla por boca de Oshún. Obbá es el símbolo del amor y de la fidelidad conyugal
y se le representa como una mujer joven, sensual y de carnes firmes.
A esta orisha se le ofrendan animales como Pato, gallina,
chivo, Gallo Blanco y Tortuga. Entre sus hierbas se encuentran el avellano de
costa, uva caleta, caoba, caobilla, castaño y ciruela.
Por otra parte se dice que las hijas de esta orisha son mujeres
valerosas e incomprendidas. Frecuentemente pasan por experiencias sentimentales
amargas, cuyas raíces se encuentran en los celos. Suelen triunfar en el orden
material y no es extraño verlas como unas feministas militantes. En cuanto a la
parte de la salud sus hijas tienden a sufrir de los huesos y oídos. Muchas casas de santo dicen que las hijas de Obbá
no pueden usar aretes de fantasía, porque se les infectan las orejas y a su vez
que tienen la tendencia a perder un arete.
Entre los caminos de esta Orisha se encuentran los
siguientes:
Ø Obbá
Laddé.
Ø Obbá
Mire.
Ø Obbá
Lubbe.
Ø Obbá
Tolá.
Ø Obbá
Tundé.
Ø Obbá
Omí.
Ø Obbá
Yurú.
Ø Obbá
Labbí.
Ø Obbá
Guirielú.
Ø Obbá
Bomi.
Ø Obbá
De.
Ø Obbá
Niké.
Ø Obbá
Laiyé.
Ø Obbá
Yeyé.
Ø Obbá
Lasé.
Ø Obbá
Beremi.
Ø Obbá
Suaré.
Ø Obbá
Taladé.
Ø Obbá
Labaiyé.
Ø Obbá
Olomi.
Ø Obbá
Suemi.
Ø Obbá
Bi.
Ø Obbá
Biolomi.
Ø Obbá
Funmi.
Ø Obbá
Jare.
Ø Obbá
Omiota.
Ø Obbá
Nupe.
Ø Obbá
Odeyi.
Ø Obbá
Funke.
Ø Obbá
Tunese.
PATAKI
Shangó tenía muchas mujeres, aunque su preferida era
Oshún. Una de esas mujeres era Obbá quien en cierta ocasión fue a preguntarle a
Oyá cuál era el secreto que le había ganado el secreto de Shangó. Oyá le dijo
que era necesario retener a los hombres por el estómago y que el secreto estaba
en ofrecerle sus manjares favoritos. Se brindó entonces para enseñarle a hacer
una sopa deliciosa. Cuando Obbá regresó para aprender a hacer la sopa, se
encontró con que Oyá tenía un pañuelo en la cabeza, que le tapaba las orejas.
En la sopa flotaban 2 setas. Oyá le dijo a Obbá que las setas
eran sus orejas y que Shangó quedaría encantado con este plato. Cuando Shangó llegó,
probó la sopa, la encontró muy buena y se retiró con Oyá. Algunos días después
llegó el momento en que Obbá debía ocuparse de Shangó, muy contenta se cortó
una oreja y la echó en la sopa que estaba preparando. Cuando Shangó llegó se
disgustó al encontrarse desfigurada a Obbá y luego al tomar la sopa, se asqueó
por encontrar dentro una oreja humana. Furioso, repudió a Obbá quien lloró
tanto que sus lágrimas formaron un río y luego lagos y lagunas. Desolada, se
retiró del mundo, buscó la soledad y desde entonces vive en el cementerio donde
guarda las tumbas.
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