Una vez Ozain, hizo
un concilio de Awoses y los santos para poder entrar tenían que tocar la puerta
y dar su nombre y entrar con un animal.
Todos los santos,
según iban llegando cumplían lo indicado, salvo Shango que no llevaba ningún
animal y toco la puerta en mala forma, no le abrieron y este se abochorno y fue
donde Orunmila.
Orunmila le vio este
Ifa, le dijo lo que le había pasado y le mando una rogación.
Orunmila le dijo:
Coges un animal y te
vas para allá y cuando llegues, tocas la puerta como es debido y da tu nombre.
Así lo hizo Shango y cuando entro le dijeron:
Aquí estuvo uno que
toco la puerta de mala forma haciéndose pasar por ti y no le abrimos. Entonces
Shango contesto:
YO SOY SHANGO.
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