El Babalawo ("Padre
del Secreto"), es el Sacerdote iniciado en los misterios de Orunmila,
Deidad de la Adivinación, quien utiliza diferentes medios para realizar la
adivinación. Es una persona iniciada a una deidad llamada IFÁ y
es uno de los títulos más altos en el Panteón Yoruba. Interprete de deberes y
enseñanzas, Tienen un masivo conocimiento procedente de una multitud de
anteriores Sacerdotes de IFÁ y de sus ancestros, versados en
una multitud de cosas, espirituales y materiales.
Es aquel que cree
en IFÁ y practica las vías que tomaron nuestros ancestros
cuando había un problema o un desbalance en alguna vida. Las personas no solamente
van al Babalawo cuando hay un problema sino también van cuando quieren tomar
una decisión importante en la vida. Cuando las cosas cambian rápidamente y
quieren conocer el porqué? y como cambiarlas o hacer cosas mejores, es otra de
las causas para ver al Babalawo. Este hace honor a Olofin, a la naturaleza, y
sus ancestros cada mañana. No hay diferencia entre la forma en que un Sacerdote
de IFÁ rinde honor y reza al Dios Supremo y otro sacerdote en
cualquier otra religión o tradición. Constituyen la más alta jerarquía dentro
de la Osha y la religión Yoruba - Lukumí, pues son los depositarios del
conocimiento encerrado de las sagradas escrituras de IFÁ, el más
complejo oráculo de que se tenga conocimiento.
Este sacerdocio
impone determinada conducta social y personal, pero lo que más lo distingue es
el estudio constante de la naturaleza y el Universo, pero sobre todo de textos
Sagrados o Tratados de Oddun, una extensa obra en la que predominan el
simbolismo y un intrincado lenguaje Yoruba, lo que a menudo vuelve difícil e
intrincada su interpretación. De ahí la obligación del Oluwo (sabio, como
también se le llama al Babalawo) de estudiar a IFÁ.
Al Awo acuden los
creyentes para resolver todo tipo de problemas (personales, de salud,
espirituales, económicos, matrimoniales) pues en IFA están reflejadas todas las situaciones de la vida y su
solución. Una teoría de los adeptos afirma: "Ya todo sucedió en el mundo
una vez, y fue recogido en el Libro Sagrado de IFÁ. Ahora solo
falta la materia o la acción que llene de nuevo, por un instante, el espacio
que habitamos".
Al sacerdocio
de IFÁ se puede llegar después de hacer Osha o directamente si
así lo dispone el oráculo, y la consagración dura 7 días también, aunque con
características bien diferentes en los rituales. Para poder ser admitidos a esa
orden superior, el aspirante debe seguir un curso de adiestramiento.
En el caso de un
babalawo, este proceso es largo y costoso. No se ha conocido a ninguno que haya
podido seguir un curso tan extenso y tedioso que le permita realizar la labor
de recitar, de memoria, la 4,096 historias de IFÁ.
Al rango de
Babalawo u Oluwo solo pueden llegar hombres heterosexuales, Orunmila no acepta
dentro de sus sacerdotes homosexuales, bisexuales o mujeres. A pesar de que
lastimosamente se han escuchado casos donde la persona que tenga dinero paga su
derecho y le consagran IFÁ, sin importar su tendencia sexual.
Los sacerdotes
actúan como intermediarios entre los Orishas y los hombres, ofreciéndoles rezos
y sacrificios, actúan como adivinadores, perteneciendo esta labor, muy
particularmente, a los sacerdotes de IFÁ (Babalawos). Deben dominar
los instrumentos de adivinación. Conducen y dirigen enjuiciamientos con el fin
de crear un mayor sentido de moralidad; también preparan encantamientos,
amuletos y otros artículos relacionados con el mundo espiritual que manejan.
Para poder ejercer
estas ceremonias tan importantes como delicadas, en una forma satisfactoria, se
considera a los sacerdotes como sacrosantos y sus personas son inviolables.
Cualquier insulto o violación en su contra se castiga severamente.
El oficio de
sacerdote de IFÁ es hereditario, y se considera como un honor
en cualquier familia. En el caso particular de Oricha Oko, es enteramente
obligatorio, y el palo o estaca de hierro, emblema simbólico del dios, debe
permanecer siempre en la familia, sin que ésta pueda deshacerse de él.
No obstante lo
anterior, la práctica del sacerdocio en forma pública no interfiere para nada
con la práctica familiar del mismo. Usualmente, en cada familia, siempre hay un
miembro que debe hacerse cargo de esta labor, y casi siempre es elegido el de
mayor edad.
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