Las Iyami son conocidas dentro del culto a Ifa como las
madres ancestrales. Su nombre proviene de un sonido onomatopéyico de una pájaro
Africano de nombre Oxoronga.
Quienes siguen su culto son conocidos como brujos y
brujas los cuales pueden se e buenos o malos. A Iyami Oxorongá se le debe un
completo respeto por eso, cuando se pronuncia su nombre, quien estuviera
sentado tiene que levantarse, quien estuviera de pie hará una reverencia, pues
este es un temible Orisha. Es la dueña de la barriga y nada ni nadie se puede
resistir a sus sacrificios fatales y sobre todo cuando ella ejecuta el Ojiji,
el hechizo más terrible.
Si no se sabe como aplacar su furia o inducirla hacia lo
que uno quiere, lo único que queda es ahuyentarla o exorcizarla, al oír su eco,
diciendo "Oyá obe l'ori" (que el cuchillo de Yansá te corte el
cuello), o entonces "Fo, fo, fo" (vuela, vuela, vuela). Caso
contrario, hay que tratar de agradarla, porque su furia es fatal. Si en ese
momento está volando, totalmente extendida, o Curándose de su eco aterrador,
decimos respetuosamente "A fo fagun wo'lu" (saludo al ave que vuela
extendida por la ciudad), o si después de gritar resuelve posarse en cualquier
punto alto o en uno de sus árboles predilectos, decimos, para agradarle:
"Atioro bale sege sege" (Saludo al ave que se posa elegantemente) y
así una serie de procedimientos ante unos de los dueños del firmamento a la
noche. Aún agradándole, no nos podemos descuidar porque es fatal, aún felicitándola
tenemos queser precavidos.
Al referimos a Iyami Oxorongá, durante el día, antes de
ponerse el sol, hacemos una X en el suelo, con el dedo índice para de esta
forma ahuyentar todo lo que representa peligro y si se hace durante la noche se
pasa la mano extendida a la altura de la cabeza, de un lado al otro, para
evitar que se pose, de no hacerlo significaría la muerte.
Según ifa Osa Meji fue el Oddun que trajo el culto a las
Iyami. En este Oddun se enseña y se destaca la supremacía de las Ìyámis, de su
enorme poder, del control con respecto al elemento más importante y noble, la sangre,
su poder de controlar y generar la vida de las maneras más extrañas. En el Oddún
de Ifá Ogbè Òsá se pone de manifiesto que la energía de Ìyámi se utiliza para
lo bueno y para lo malo. Así a través de todo el cuerpo litúrgico de Ifá se va
aprendiendo el estudio de esta deidad.
Ìyámi, mantiene el equilibrio de lo natural, castigando
severamente aquellos que infringen las leyes de IFA. Es muy delicado el
equilibrio y el orden cuando se trata de Ìyàmi, nada debe ser hecho en lo que
concierne a Òrìsá, o a Ifá si el sacerdote no tiene la debida instrucción, dado
que nuestra madre bruja, no permite que nadie haga sacrificios sin no posee un
conocimiento determinado para la función sacerdotal.
Pataki
Osa Meji descubrió que la mayoría de las divinidades habían
marchado hacia la tierra, por lo que decidió ir y ver cómo era el lugar. Fue a
los tres Awo. Este fue aconsejado que hiciera sacrificio porque iba a practicar
el arte de Ifa entre grandes hechiceros. Se le dijo que hiciera un sacrificio
con un macho cabrío al Irúnmólè Èsù, una guinea a su Ifa y una paloma a su
cabeza Ori. Osa Méjì no hizo el sacrificio debido ya que estaba muy apurado en
llegar al mundo.
Como él era uno de los dieciséis hijo de Òrúnmìlà que
decidieron venir al mundo alrededor de la misma fecha, no halló el camino hacia
el mundo en el momento adecuado debido al macho cabrío que dejó de ofrendar a
Esù. Su ángel guardián no lo pudo guiar porque a él tampoco le hizo sacrificio.
Su cabeza tampoco lo pudo salvar porque a ella tampoco le ofreció sacrificio.
Por lo tanto, andaba vagando por el camino hasta que llegó al último río del
cielo. Antes de cruzar hacia el mundo. En la orilla del río se encontró con la
madre de los hechiceros, Ìyàmi Òsòròngá, quien llevaba allí mucho tiempo ya que
nadie accedía a ayudarla a cruzar el río. Ella también venia hacia el mundo
pero se encontraba muy débil para cruzar el pequeño y estrecho puente sobre el
río
De esta forma, Ìyámi Òsòròngá le rogó que la ayudara a
cruzar el río, pero el le explicó que el puente que se llamaba Ekoko no
soportaría a dos personas a la misma vez.. Ìyàmi Òsòròngá entonces le propuso a
Òsa Méjì que abriera la boca para que ella se le pudiera meter dentro. Òsa Méjì
accedió y ella buscó un lugar dentro de su estómago. Cuando él llegó al otro
lado del puente, le dijo que saliera pero ella se negó alegando que su estómago
constituía una morada adecuada para ella. Habían comenzado los problemas de Òsa
Méjì con la hechicería. Cuando ella se negó a salir del estómago, Òsa Méjì pensó
que podía engañarla diciendo que moriría de hambre dentro de su estómago pero
ella respondió que no moriría de hambre mientras él tuviera un hígado, un corazón
e intestino ya que esas eran sus comidas predilectas.
Osa Meji comprendió el problema que enfrentaba cuando la
mujer le mordió el hígado. Entonces Osa Meji extrajo sus instrumentos de
adivinación y llamó a Ifa para salir del aprieto. Ifa le dijo que hiciera
sacrificio inmediatamente con un chivo, una botella de aceite y tela blanca, lo
cual él sacó rápidamente de su Akpo Mínijekun. Enseguida cocinó el hígado, el
corazón y los intestinos del chivo y le dijo a Ìyàmi Òsòròngá que había comida
lista para ella. Cuando la mujer olió el invitador aroma de la comida, salió de
su estómago. No obstante, ella le dijo que le estaba prohibido comer delante de
nadie. Entonces el hizo una tienda con la tela blanca y ella se metió dentro de
la misma para disfrutar de la comida. Mientras ella comía, Osa Meji se alejó
corriendo y rápidamente buscó un útero donde introducirse y venir al mundo
Ìyámi Òsòròngá terminó de comer e inmediatamente comenzó
a buscar a Osa meji por los alrededores pero no lo pudo encontrar y con furia
comenzó a gritar el nombre de él Osasa, Osasa, Osasa, convirtiéndose en el
grito de los hechiceros hasta el día de hoy.
Ìyámi Òsòròngá aun se encuentra buscando a Osa Meji .
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